Nadie nos dio a elegir nacer en un hogar cristiano; de hecho, nadie nos preguntó si queríamos ser hijos de pastor. Vinimos a este mundo y nos metieron al ruedo sin deberla ni temerla; nos impusieron las cargas, nos dieron las expectativas, pero nadie se preocupó si estábamos dispuestos a cargar con la responsabilidad. Muchos dicen que los hijos de pastores son unos malagradecidos, unos privilegiados (Juniors), gente que lo tiene fácil por el simple hecho de ser hijos de pastor. Y seguramente, mientras algunos lean este libro, pensarán que fue escrito para lamernos las heridas y que es una exageración pensar que nosotros cargamos alguna especie de deber con la iglesia si nuestros padres recibieron el llamado y no nosotros. Pero tengo algunas preguntas al respecto: si lo que hace un hijo de pastor o deja de hacer no es importante, ¿por qué la palabra de Dios somete la credibilidad de los pastores en base a su desempeño como padres? Si un pastor no sabe gobernar a sus hijos, Pablo no echa la culpa a los hijos, sino a los padres. ¿Cómo podrá cuidar de la iglesia, como dice 1 Timoteo 3:5? Realmente he visto muchos pastores renunciar a su cargo por temas de inmoralidad sexual, pero casi nunca se sabe de alguien que renuncie por no ser un gobernante de su familia a pesar de ser un requisito necesario para ser pastor. Esto es parte de lo que Pablo dijo en 1 Timoteo 3:15: «La iglesia demuestra que está viva y es la columna y baluarte de la verdad, en la forma que nos conducimos en la casa de Dios, si la cabeza de la congregación, las autoridades que Dios puso sobre su casa no demuestran el orden de Dios en su propia casa, tampoco deberían ser pastores.» Entonces sí, hay mucha presión al respecto, muchas dudas, mucha ignorancia y muy poco orden tomando en cuenta que, al menos en Estados Unidos, el 40% de los hijos de los pastores no asisten a la iglesia y lamentablemente el panorama global es similar. Tal vez no llegue a conocer a todos los hijos de pastores, pero puedes hacerle llegar un libro como este a una iglesia que lo esté necesitando. Este libro está enfocado para hijos de pastores, pero es para todos.